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Roque NubloEl Roque Nublo es un monolito de casi noventa metros de altura desde su base, memoria erguida de un pasado remoto y convulso del que nace, ha inspirado a pintores, escritores o músicos, encontrándonos su nombre en multitud de obras. Valgan como ejemplos las de Néstor Álamo «Lírica piedra lunar» o «Altar de mi tierra maga«, es el mayor hito geográfico de Gran Canaria está situado a 1.813 metros sobre el nivel del mar.
Fue lugar de culto de los antiguos aborígenes
Los primeros pobladores de Gran Canaria, bereberes que provenían del norte de África, se establecieron en lugares elevados y basaron su economía en el cultivo de cereales. Se cree que su éxito agrícola se debe al conocimiento exacto de las estaciones y cambios en el calendario, posible gracias a la observación del sol, las estrellas y la luna. Lo que hoy se conoce como astronomía, antiguamente era considerado magia, e incluso confundido con religión. Los aborígenes se reunían en torno a lugares sagrados (conocidos como almogarenes) para celebrar rituales y adorar al dios Acorán, también conocido como «El Celestial«. Uno de estos lugares de culto era el Roque Nublo.
Quizás su forma caprichosa y elevación sobre el nivel del mar jugaron a su favor, o quizás lo hizo su buena ubicación para observar los lunasticios desde el Roque Bentayga. Un fenómeno astronómico que se produce una vez cada 18,6 años donde la luna llena se sitúa en su posición más al sur en la esfera celeste.
La moderna geología ha identificado en él un tipo especial de roca volcánica a la que han bautizado como «brecha Roque Nublo«. Esta brecha es el resultado de la consolidación de nubes ardientes tras su depósito y posterior enfriamiento. Por su singularidad da nombre al segundo gran ciclo volcánico de Gran Canaria, el Ciclo Roque Nublo, que abarca un periodo de casi dos millones de años (desde 5.3 a 3.4 millones de años desde el presente).
Parque Rural Roque Nublo y altitud del roque
Roque Nublo es el tercer lugar más elevado de Gran Canaria, por detrás del Morro de la Agujereada y el Pico de las Nieves, y se encuentra en el centro geográfico de la isla, en el municipio de Tejeda. En 1987 fue declarado Espacio Natural, y en 1994 Parque Rural, convirtiéndose así en un símbolo canario. El paisaje que envuelve a este gigante de piedra, que parece sacado de otro planeta, está repleto de pinos, retamas y tajinastes, que cuando salen sus flores rojas ofrecen un espectáculo único.
En los días soleados, los rayos de sol se filtran a través de los pinares, dotando al bosque de una atmósfera cálida y agradable. En el cielo, algún guirre o cernícalo planea casi estático en el aire, acariciado por los suaves alisios (vientos templados que mantienen el buen clima del archipiélago todo el año).
Para ver las nubes no hay que mirar hacia arriba, sino bajo nuestros pies. Gracias a los vientos, las nubes se dirigen hacia las laderas montañosas, creando un mar de nubes tranquilo y esponjoso que recuerda a un algodón de azúcar. Por encima de los 1.500 metros de altura se puede disfrutar de este paisaje, que al atardecer se vuelve, si cabe, aún más hermoso con tonos dorados y las primeras sombras nocturnas.